HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE
El día de nuestra boda hacemos votos y promesas que perduran “Hasta que la muerte nos separe” pero en realidad nunca pensamos que ese día va a llegar.
Si su cónyuge muere hoy ¿Ya buscó la paz?
Imagine por un momento que su cónyuge muere en este momento, usted podrá pensar: No le dije hoy que le amaba, estaba enojado, no le hablaba, no tomamos esa decisión tan importante, no alcancé a comprarle ese regalo que tanto quería, no le pedí perdón por esa frase tan odiosa que dije, no tuvimos esa última noche romántica porque he descuidado esos detalles. Últimamente no le ayudé lo suficiente, no le dediqué el tiempo que merecía, no valoré su compañía, nunca me dijo cómo manejaba los negocios, no supe qué deudas tenía.
Si esto pasara, se le acabarían las oportunidades para ponerse en paz con su cónyuge y tal vez pasará mucho tiempo lamentándose por lo que dejó para “mañana”.
Como no conoce el día en que esto va a pasar, debe vivir día a día con excelencia en su relación de pareja. Hágale saber a su cónyuge con palabras y acciones, lo importante que es para usted, permanezca en paz y no deje que una raíz de amargura crezca al dejar el perdón para “cuando se me pase la rabia”; que si la muerte llega tenga la satisfacción de haber hecho un buen papel, así no haya sido correspondido.
“Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos” Hebreos 12:15
Si usted muere hoy ¿Ya buscó la santidad?
Como estamos considerando la muerte, puede ser que sea usted quien muera el día de hoy. En su lecho tal vez pensará: no leí la Biblia lo suficiente, debí haber tenido una mejor relación con Dios, no cumplí a cabalidad el propósito que Dios tenía para mí, no le hablé de Cristo a las suficientes personas, debí trabajar menos para ayudar más. No fui el mejor esposo o padre, no cumplí bien mi papel de esposa, no le pedí perdón a esta persona, no terminé asuntos que postergué demasiado, si tuviera otra oportunidad haría más feliz a mi cónyuge.
No espere mucho tiempo para evaluar su forma de vida de acuerdo con la palabra de Dios, para que no sea demasiado tarde. ¿Lo que está viviendo hoy es el legado que le quiere dejar a su familia?, ¿Es Jesucristo su Señor o Dueño?, ¿Está trabajando en su santidad para encontrarse con Él?
¡Aun está vivo! y aunque no sabe por cuánto tiempo, siempre hay cosas que mejorar, empiece hoy mismo.
Reflexión:
Imagine si Dios le permitiera saber la fecha exacta del día de la muerte de su cónyuge o la suya: ¿Cómo sería su comportamiento? ¿Qué haría de nuevo? ¿Cómo aprovecharía el tiempo? ¿Qué cosas le expresaría a los que ama? ¿Cómo sería su vida de oración? ¿De qué se arrepentiría? Cambiaría su actitud ¿Verdad?
“Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” Hebreos 12:14
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